Piscinas estructurales de forma redonda

Las piscinas de plástico son fáciles de mantener, más baratas que las de hormigón y están disponibles en una gran variedad de colores y formas.

El plástico es duradero, mantiene su forma y es mucho menos propenso a las fugas que las piscinas de hormigón. El inconveniente es que las piscinas de plástico son más caras de construir y pueden ser más propensas a sufrir daños por el clima o por accidentes.

Las piscinas de plástico deben inspeccionarse con regularidad para detectar el desgaste, las grietas, las fugas y otros daños antes de proceder a su sustitución.

Las cubiertas de plástico también deben sustituirse cada temporada para proteger la piscina de la exposición a los rayos UV, el calor y el frío. Estas cubiertas también ayudan a evitar que entren residuos en la piscina que puedan provocar la aparición de algas.

Las piscinas de plástico están disponibles en muchos tamaños y formas, por lo que habrá una que se adapte a las necesidades de su jardín.

Elige un tamaño en función del número de personas que la vayan a utilizar (lo mejor es que haya al menos dos adultos por niño), del espacio del que dispongas y de la profundidad que tenga en el suelo (una piscina de 2 metros de profundidad es ideal para espacios pequeños).

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